miércoles, 11 de enero de 2012

Sesión golfa

Noelia se sentó en la butaca, con las palomitas y la coca cola bien fresquita en el regazo.
Hacía mucho que no tenía la oportunidad de disfrutar de una buena velada en el cine y estaba deseando poder hacerlo. Alguien se sentó a su lado. Era una mujer de unos treinta y pocos, pero muy bien llevados, con ojos verdes y cabello rubio rojizo que llevaba corto. Lucia un top negro, que dejaba ver su ombligo y el piercing que llevaba.
Una escasa faldita de color azul apenas le cubría, dejando ver sus piernas interminables.
La mujer le dedicó una sonrisa agradable. En la otra butaca a su otro lado, se sentó un hombre. Sobre la treintena, con amplias entradas en su cabello negro, donde asomaban varias hebras blancas. La película empezó y ella centró su atención en la pantalla. No mucho después, notó como unos dedos delgados y curiosos se posaron en su muslo. Inmediatamente se giró, y vio que la mujer no había apartado la vista de la pantalla, ni la mano de su muslo.  
Su mano subió ligeramente su falda, y el roce de la tela en su piel provocó un ligero estremecimiento. Casi sin darse cuenta e inadvertidamente, abrió las piernas. La mano se deslizó, primero tocando el tanga, para hurgar por dentro de la prenda hasta llegar a su coño.
Ilustración de Pater/ Color: C. Bensler

Sintió como se empezaba a humedecer, a excitarse con la situación. Los dedos siguieron jugando, hasta que consiguieron introducirse en su ya mojado sexo.
Cerró los ojos y se movió de tal manera que gran parte de las palomitas se desperdigaron por el suelo. Con apuro miró a su alrededor y respiró al ver que nadie se había percatado. La mujer seguía tocándola, y Noelia casi no podía resistirse ya. Otra mano, esta vez perteneciente al hombre, comenzó a acariciarle uno de los pechos, mientras su compañera seguía con la mano en su entrepierna. Una lengua femenina empezó a deslizarse por su cuello de una manera tan sensual y excitante que hizo estremecerse y hacer que la temperatura corporal se elevase hasta hacerla casi derretirse de placer.
Los dedos masculinos le pellizcaron los pezones por encima de la ropa. El deseo de Noelia ascendió de tal manera, que empezó a dejar de importarle donde se encontraba…
Así que cuando la mujer de cabello rojizo se levantó y le hizo un gesto para que la siguiese no se lo pensó ni un segundo. Acompañados por el hombre, las dos mujeres se dirigieron a los lavabos.
Bajo la atenta mirada del hombre, la mujer le quitó lentamente la falda y el tanga, casi como si estuviese desenvolviendo un regalo. Sus caricias le hacían suplicarle, sólo pensar en que le proporcionasen placer. La mujer hundió su lengua en el coñito de Noelia, lo penetro profundamente, mordisqueándole su clítoris y lo mojó tan abundantemente de saliva que comenzó a inundar su rostro.

El hombre, por su parte, no participaba, sólo se deleitaba con el placer de contemplar, al tiempo que su mano se deslizaba por la tela, hasta que sacó su miembro y empezó a acariciarse.
Las dos amantes se habían ya despojado ambas de toda su ropa, y Noelia le acarició los pechos y la mujer se apoderó de los suyos. Sus pezones estaban duros, totalmente erectos. Los frotaron uno contra el otro, un placer electrizante que sólo las mujeres saben gozar entre si.
 Las dos se empezaron a dar placer mutuamente, Noelia colocó la cabeza entre las piernas de su amante, mientras a ella le trabajaban el coño con destreza tal que no paro de gemir de una manera tal que seguro alguien debía escucharlos. Se encontraron con la cabeza hundida entre los muslos de la otra, paladeando ese jugo que mojaba sus rostros.
Noelia le agarró del cabello con las dos manos y le dio brutales estirones fruto de la pasión. Ella sintió como le introducían varios dedos por su estrecho culito, haciendo que Noelia emitiese un ronquido de placer.

El espectador seguía disfrutando de la escena y tocándose. Sus dedos recorrieron arriba y abajo la polla erecta y dura.
Las dos mujeres se hallaban envueltas en un manto de placer, ya totalmente descontroladas, se corrieron al unísono, justo cuando el hombre descargo su esperma sobre ellas.
Las dos amantes se buscaron la boca la una a la otra, limpiándose mutuamente con ansia y avidez.
La mujer le sonrió de manera divertida y pícara a Noelia.

— Mañana a la misma hora… Creo que hay una sesión nocturna que no te puedes perder…

4 comentarios:

  1. Me gustan estas sesiones... Dónde dices que son?...

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  2. Y en qué cine pasa esto?, jajajajaja... Aún así en este no hay amor, no es romántico, desde luego.

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  3. ¡Me apunto a la sesión "Golfa" si la peliroja en vez de hacerle todo eso a Noelia, me lo hace a mí! jajajajajajaja ( Eso sí, yo no tengo coño )jajajajajaja Ah, Arturo, el amor, vendrá después, cuando salgas del cine y vayas a ver a la parienta. jajajajaja. Sobre todo cuando ella, "Huela" ese clasico "tufillo" que no te lo quita ni dios, si no es con abundante agua y jabón, del después.jajajajajaja

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  4. Para que luego digan que la gente usa los baños de citas para ciertos encuentros, pero si eso se hace en el cine, joder!!!
    Jajaja, me ha gustado mucho el relato, es excitante y a la vez muy grafico, de los que me ponen, y ese puntito humorístico de la foto ya es la guinda que corona la tarta, sí señor, relatazo cojonudo.
    Un beso y gracias por venir a mostrármelo, o por dejarme contemplar esa escena publica-privada tan de cerquita ^^
    Besos

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